Por Paulina González Villalobos.
Los chilenos tenemos una dieta desequilibrada, la mayoría a base de carbohidratos, compuestos orgánicos que se encuentran en los alimentos y que representan un gran porcentaje de la fuente energía en el mundo. Si bien todos sabemos que eventualmente son dañinos, no vemos el verdadero impacto que podría tener en nosotros, y en el sistema de salud del país que cada día está más saturado.
Todos los días escuchamos expresiones tales como, “no mezclar carbohidratos con carbohidratos al comer”, “el azúcar engorda”, pero solo con un fin estético, obviando todos los problemas de salud que conlleva alimentarse exclusiva o mayoritariamente de productos cuya base energética depende de estos nutrientes.