Por José Domingo Cheyre
Es viernes y son aproximadamente las 5:30 de la tarde. Me bajo en la estación de Metro Universidad de Chile y comienzo mi caminata hacia la calle Moneda, número 921. Destino edificio de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), piso número 8, oficina número 802. Es acá donde está el despacho del vicepresidente ejecutivo de la Corfo, Hernán Cheyre.
Me dirijo a unos ascensores muy antiguos y bastante desgastados, donde caben máximo cuatro personas. Luego de unos segundos llego al octavo piso y me dirijo a la oficina 802, lugar donde me reciben dos secretarias que me dicen que espere un poco, que “Don Hernán” está terminando de hacer unas cosas y que luego me iba a recibir. Mientras tanto me preguntan que estoy haciendo, de donde vengo, quien soy y muchas cosas más, haciéndome la espera más amena. Tomo asiento en un sillón largo que había al frente de los escritorios de las secretarias, pasan algunos minutos y llega un hombre que me dice que él es el cocinero , me pregunta si es que quiero tomar algo o comer algo, ante este ofrecimiento no puse mucha resistencia y el pedí una bebida.